Dani Pastor encara su segunda temporada como preparador físico del RCD Mallorca. Pastor llegó al club de la mano de Vicente Moreno y junto al resto de integrantes del cuerpo técnico conforman un equipo compacto que analiza hasta el más mínimo detalle del día a día del primer equipo. En esta entrevista, Dani Pastor valora de forma general cómo concibe él la preparación física de un equipo de fútbol profesional teniendo en cuenta todos la mezcla existente entre los avances tecnológicos de hoy en día y el factor humano de todo futbolista.
¿Cómo ha cambiado la preparación física actual respecto al Dani Pastor que salió de la Facultad?
En mi época de estudiante en Granada entré con una idea de trabajo físico muy basado en el atletismo. Recuerdo en aquellos años cómo se hacía referencia a la biblia de la preparación física que era el libro de Carlos Álvarez del Villar que estaba basado en el atletismo básicamente. En mis cinco años de facultad viví la transformación hacia otra preparación física que impulsaba Paco Seirulo, todo un maestro. Seirulo proponía que toda el área de la preparación física estuviera más centrada en el fútbol, que se podían conseguir los mismos objetivos a nivel físico y condicional con situaciones de juego. Mi filosofía de trabajo, que conecta directamente con la de Vicente Moreno, va en esa dirección. Nosotros hacemos muy poco trabajo no específico de fútbol. Creo que lo importante es trabajar a nivel condicional en el campo y con aspectos de juego.
Antes se asociaba la pretemporada a palizas físicas sin balón…
Sí, nosotros lo hablamos mucho con Vicente Moreno y Dani Pendín. Ellos, como jugadores, han hecho ese tipo de trabajo e incluso ahora también hay compañeros que programan el trabajo con series y carrera continua. No creo que se tenga que desechar nada en nuestra área pero creo que es mucho más específico hacer trabajo en el que aparecen elementos del juego, tanto a nivel técnico como táctico y que ayudan a la condición física del jugador.
En el contexto de la profesión de preparador físico se aprecia un paso al frente, como una consolidación de vuestro gremio después de mucho trabajo en la universidad
Se tiene mucho que agradecer a pioneros como Carlos Álvarez de Villar o Paco Seirulo, profesionales que daban un valor científico a su trabajo, gente que llegaba al fútbol y eran mirados de mala manera. Es cierto que ahora somos una parte importante del cuerpo técnico, que ahora son multifactoriales. Nuestras tareas se solapan, mis tareas pueden tener aspectos tácticos y viceversa. Ese era uno de los objetivos que nos propusimos desde el primer día que empezamos a trabajar juntos.
En todo este avance de la preparación física aparecen los datos, la tecnología…
Para mí es una ayuda fundamental, yo siempre digo que realiza una función de alarma. La tecnología te permite ver cosas a nivel individual y grupal, si el objetivo condicional de volumen o intensidad que proponemos en cada sesión, por ejemplo, se va cumpliendo. Nosotros tenemos un almacenaje de datos y tareas y sabemos qué podemos conseguir. Cada día sabemos cómo trabajamos, cuánto trabajamos, qué y cómo trabaja cada jugador. Todo ello te aporta una información muy valiosa. Dentro de eso, ocasionalmente saltan alarmas a nivel individual donde tenemos que ver si tenemos que atender a cierto jugador por ciertas carencias o por si trabaja más de lo que pretendemos.
¿Cómo se ve esa aplicación de los números asociados a los partidos?
Al final hablamos de números y esos números se tienen que interpretar dentro de un contexto. Verás partidos donde tus números a nivel de volumen e intensidad son muy buenos y al final has perdido el partido. ¿Por qué?, pues porque has tenido que luchar contra un resultado adverso y has tenido que hacer un esfuerzo extra. Nosotros tenemos que luchar para tener mejor capacidad física y aplicarla al contexto del partido. Lo perfecto sería tener una posesión alta y, además, tener mucho volumen e intensidad. Eso encajaría, sería tener el balón e intensidad para generar juego.
La parte del jugador y sus hábitos también deben entrar en esa ecuación, ¿no?
Los jugadores de hoy en día saben el grado de exigencia que tiene el día a día. El profesional debe serlo todos los días de la semana, en casa o entrenando.
¿Y cuál es la fórmula perfecta de todo ello?
Lo ideal es alcanzar un nivel óptimo de rendimiento y mantenerlo en el tiempo. Eso es muy difícil a nivel grupal, que durante el año no haya momentos en el que el equipo no se resienta. Ya no solo a nivel físico sino que el resultado no te afecte a ese rendimiento. Nosotros si tomamos como referencia el año pasado, la verdad es que estamos muy contentos. En ciertos momentos buscamos que el equipo llegara con unas condiciones en los que el volumen e intensidad del trabajo fuera alto. En la parte final de liga conseguimos seis victorias y un empate, incluyendo los playoffs de ascenso y la ronda de campeones. Sin embargo, otro buen momento en cuanto a números, los mejores de la temporada, fue al final de la primera vuelta y ahí no se coincidió con buenos resultados dentro de un curso tan bueno. Aquí hay un balón, un rival, una portería y en ocasiones todo no se da.
Con tanto dato y tecnología también debe haber un factor humano importante por tu parte, el saber leer otro tipo de datos, la empatía con el futbolista.
Cada año, cada reto, cada vez que empiezo un nuevo proyecto en un equipo mi duda no es si el trabajo será bueno o no…mi temor, mi duda, mi mayor incógnita es cómo voy a conectar con el grupo. Ese es el temor del día menos uno de empezar. Cada año es diferente, tu estado emocional es diferente, el grupo y no siempre se engancha con la misma gente. Mi preocupación antes de empezar, aunque este es el segundo año y estamos más habituados, es conectar con el grupo que mi idea es la que tienen que seguir. Eso es lo importante. Romper eso es lo que más respeto me da. En el día a día se tiene que ser una persona normal, al final somos un grupo que tenemos que lograr un objetivo y estamos en el mismo barco.
¿Hasta qué punto el resultado condiciona la mente y las piernas?
Puede haber corrientes de pensamiento que dicen que la preparación física no existe, que todo es mental. No, no, no caigamos en tópicos. El entrenador de éxito tiene un preparador físico, o dos, que trabaja a nivel condicional. No se puede trabajar en departamentos estancos, tenemos que trabajar en área condicional, física y técnica. Es cierto que el resultado, si se pierde confianza, condiciona y al final pesa todo. Pero lo que sí tratamos de hacer es trabajar juntos y también en el aspecto psicológico.