Los clubes profesionales de fútbol no paran en la búsqueda de nuevos productos que puedan convertirse en ingresos habituales para tratar de lograr compatibilizar su día a día económico con los aún provechosos ingresos televisivos. Las ideas fluctúan en todos los frentes y aportan un plus a las cuentas económicas futbolísticas con un nuevo escenario que nada tiene que ver con el de hace años. En este contexto, las experiencias de los aficionados están en el centro de todo y, más allá del abonado o aficionado fiel que no renuncia al asiento en su estadio, al margen de la situación clasificatoria o del juego del equipo, también están aquellos dispuestos a invertir su tiempo y dinero en pasar un buen rato acompañado teniendo acceso a productos nuevos que asaltan la escena del fútbol.
El fútbol, sin embargo, no es una excepción en este cambio de escenario. Estados Unidos, cuna de deportes de masa y de la concepción de los mismos como una mezcla de espectáculo y entretenimiento, ha vivido una gran transformación en las últimas décadas. En este sentido, Bill Dorsey, fundador y directivo de ALSD, empresa centrada en los asientos premium, asegura que “hace 30 años los asientos VIP representaban el 3% y ahora son un nuevo producto que supone el 20% de los asientos y sus ingresos repercuten en un 40% de los ingresos por la venta de entradas”. Dorsey ejerció de anfitrión hace unos días en Dublín en el Summit organizado por la propia ALSD bajo el nombre Europe’s One & Only Premium Seat & Hospitality, punto de encuentro de todo tipo de ejecutivos que buscan revalorizar los espacios de sus estadios y activar nuevas zonas para incorporar activos al margen del ticketing tradicional.
Es el caso de Maheta Molango, CEO del RCD Mallorca, que explicó a los numerosos asistentes a este Summit la experiencia del club en este cambio con numerosos ejemplos como son el Corner VIP, el nuevo Palco Presidencial PayPal y otras áreas recién estrenadas como el Tunnel Experience, la sala anexa a la sala de prensa o una mini-grada VIP situada justo detrás de la portería de Fondo Sur.
El Tunnel Experience permite a los aficionados ver cómo los jugadores salen del vestuario y entran al terreno de juego y presenciar detalles behind the scenes que no aparecen en las retransmisiones televisivas o que un abonado o aficionado no puede ver desde su localidad. Como se detalla, otra novedad es un espacio situado justo detrás de la sala de prensa en el que un cristal templado separa a los profesionales de la información de los aficionados que pagan por seguir las ruedas de prensa de entrenadores y jugadores disfrutando de un servicio premium con pantallas de televisión y altavoces que permiten no perderse ningún detalle del post-partido. En el caso de la mini-grada VIP de Fondo Sur, un grupo de 62 personas pueden ver el partido a escasos metros del terreno de juego y de los protagonistas reales del partido con un servicio personalizado de comida y bebida y televisores para ver las repeticiones y los highlights del partido.
Maheta Molango afirma que la intención del club es “crear nuevas áreas donde la gente, más allá de ver un partido de fútbol, tenga una experiencia única”. “Se trata de compatibilizar -prosigue Molango- los asientos de nuestros aficionados más fieles con zonas VIP con un precio más elevado para otro perfil de público”.
Otro de los invitados ilustres a este Summit de Dublín fue Marshall Glickman, fundador de G2 Statregic, empresa que analiza y busca las mejores opciones de negocio para las corporaciones del ámbito deportivo. En el caso del Real Mallorca, Glickman es consultor del club en la búsqueda de ideas que hagan de Son Moix el lugar ideal para vivir todo tipo de experiencias al margen con el fútbol como eje de unión. Glickman, expresidente de los Portland Trail Blazers, es ambicioso: “Queremos prestar más atención a los milenials y a la Generación Z. También queremos llegar a tener un 50% de mujeres en Son Moix”. “Son Moix ofrece numerosos espacios que se pueden potenciar”, remacha entusiasmado el máximo dirigente de G2 Strategic.