Ernesto Domínguez: el tarraconense que triunfó en Mallorca
Ernesto Domínguez (Móra d'Ebre, Tarragona, 1941) apenas jugó para el Gimnàstic de Tarragona aunque el club catalán ingresó la importante cifra de un millón de pesetas en 1960 con un traspaso al RCD Espanyol que enfrentó al club perico con el FC Barcelona. Mucho antes de llegar a Mallorca en 1966, Domínguez destacó siendo juvenil defendiendo los colores del Gimnàstic La Salle, equipo filial del Nàstic y perteneciente al colegio en el que estaba interno. Su juego de ataque repleto de clase llamó la atención del FC Barcelona, que aún en edad juvenil le firmó para el Condal, filial blaugrana que disputaba la Segunda División. Durante la semana, este futbolista entrenaba con el primer equipo que dirigía el mítico Helenio Herrera y en los findes de semana destacaba con sus goles con el Condal. No en vano, en su primer año en el filial del Barça, Domínguez anotó 14 goles en 29 partidos con tan solo 18 años y también fue internacional con las categorías inferiores de la selección española.
El problema con su ficha llegó al final de esa temporada, cuando debía dar el salto al profesionalismo. El Nàstic reclamó los derechos del jugador al haber sido su club de formación y aceptó la oferta del RCD Espanyol para su traspaso. Domínguez jugó dos años en su nuevo destino y después militó cuatro temporadas en el Levante antes de firmar por el RCD Mallorca en el verano de 1966. El jugador tarraconense llegó a ser internacional con el equipo granota y anotó el primer gol del club en Primera División. Su llegada al RCD Mallorca fue silenciosa, nada que ver con su despedida repleta de éxito y prestigio después de anotar 53 goles en 132 partidos oficiales y ganarse a una afición que aún recuerda su calidad en tres cuartos de campo. Ernesto Domínguez declara estar "muy contento de ver al RCD Mallorca de nuevo en Segunda División" y asegura que no se pierde ningún partido del equipo. El del viernes será especial para él, con un enfrentamiento entre el club en el que creció y el que le acogió en su etapa de madurez. Muchos aún recuerdan su partido de homenaje, ni nada más ni nada menos que un encuentro entre el RCD Mallorca y el Manchester United de Bobby Charlton.