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Regreso ilusionante del RCD Mallorca a la competición

Después de una pretemporada más que convincente del equipo bermellón, tocaba volver a pisar terreno duro con LaLiga, en un estreno del más alto nivel contra el Real Madrid. 

Para estar completamente preparados para la competición doméstica, el equipo realiza sesiones de entrenamiento que suponen un gran punto de partida para la primera jornada. Los futbolistas han sudado de lo lindo en el gimnasio con el objetivo de tener el punto físico ideal para afrontar la exigencia del reto.

Además de dar su 100 por 100, el cuerpo técnico y los jugadores no pueden dejar de mencionar que todos los miembros que componen la familia mallorquinista han dado lo mejor de sí para que todo encaje en el engranaje.

En todas las maquinarias, el trabajo de cada una de las piezas que la conforman es vital. Y en el caso del Mallorca, algo también indispensable para el correcto funcionamiento son sus aficionados; las más de 22.000 almas que conforman el corazón de la entidad. Todos ellos aportan una chispa que ha creado una llama enorme. Al fin y al cabo, es lo que somos: 'foc y caliu'. 

Esto se vio reflejado en el partido contra el Real Madrid. La afición no solo vio el encuentro, sino que fue un jugador más desde el primer minuto, como pedía el míster. Un demonio desatado que quemó al ángel blanco. Los jugadores se contagiaron del espíritu, dieron lo máximo de sí mismos y sacaron un punto de absoluto prestigio. Un partido, a todas luces, especial, que da el pistoletazo de salida a un año ilusionante con La Liga, la Copa del Rey y Supercopa de España. 

Un comienzo deseado y todos alineados para conseguir el mismo objetivo: llevar al club lo más arriba posible con trabajo y sacrificio. El Mallorca ha vuelto.