Ilusión, responsabilidad, trabajo y resultados. Con estas cuatro premisas afronta el técnico Toni Amor su etapa en el banquillo del RCD Mallorca como mano derecha de Javier Aguirre. El entrenador mallorquín regresa a la que fue su casa, como entrenador en el fútbol formativo del club y en el que llegó a ser segundo entrenador del filial, en la etapa de Jaume Bauzá. Para Amor, estar en el RCD Mallorca va más allá de lo meramente deportivo. “Es muy especial, estoy muy ilusionado. De eso se trata, de que la ilusión y la responsabilidad se conviertan en trabajo y en buenos resultados. Intentas ir subiendo peldaños, el destino te da pequeñas oportunidades que si aprovechas, tienes más opciones de llegar a algún sitio, cuanto más arriba mejor. Para mí, no es lo mismo el poder estar en cualquier equipo de la Primera División española que estar aquí. Para mí hay un punto emotivo”.
Tras haber entrenado en el filial mallorquinista y en otros equipos de la isla, Toni Amor pensó que era el momento de probar la experiencia de entrenar en el extranjero. Hizo las maletas y desembarcó en Dubai. “Me la jugué, nos fuimos a Dubai, y a partir de ahí empezó todo. Coincidí con Diego Maradona o Héctor Cúper y fueron años muy buenos. De ahí pude irme al Hilal, que es uno de los clubes más grandes de Asia, los resultados fueron muy buenos. Aquello fue el empujón definitivo para poder meterme en la élite”.
Su decisión de ir a Emiratos le dio la posibilidad de conocer al técnico Javier Aguirre, con quien terminaría formando tándem y le abriría las puertas de La Liga. “Cuando voy al Al-Wahda, equipo de Abu Dabi, salgo de ese club y entra Javier Aguirre. Y una persona que tenemos en común, que es Tomeu Llabrés, vino conmigo a Abu Dabi y luego se quedó con Javier. Él fue la persona que me presentó a Aguirre”. Amor asegura que trabajar codo con codo con el mexicano es muy sencillo. “Javier es una persona que te da mucha confianza y que te permite trabajar con total tranquilidad, pero muy exigente también. Él es el que lleva el mando de todo. El tiempo que llevo con él ha sido un máster constante de enseñanza, sobre todo, en la gestión de grupo y en situaciones límite”.
Situación límite como la que vivieron en el CD Leganés. Allí desembarcaron en la temporada 2019-20. Cogieron al conjunto pepinero como colista y se quedaron a un solo gol de mantener la categoría. Aquella etapa le permitió a Amor enfrentarse por primera vez en Primera al RCD Mallorca, el equipo de su vida. Fue en la jornada 30 con resultado de empate a uno. Javier Aguirre estaba sancionado y fue Toni Amor quién se sentó en el banquillo visitante de Son Moix. “Fue un partido especial. Fue emocionante para mí, por volver a mi casa y estar ahí. Cuando el balón empezó a rodar ya te olvidas de todo y te concentras en el banquillo. Creo que ese día hicimos un muy buen partido, competimos muy bien. Fue una lástima que no bastara para que se salvaran los dos equipos”.
Antes de recalar en el RCD Mallorca, Javier Aguirre, Toni Amor y el preparador físico Pol Lorente brillaron en el Rayados de Monterrey, a quién llevaron a alzar su quinto título de Champions Concacaf. “México es una liga muy competitiva. Pudimos ganar la Champions. Le ganamos al campeón de la MLS, ganamos a Cruz Azul, campeón de México del año anterior, y la final la ganamos ante el América, líder de la liga en aquel momento. Estoy contento de poder estar en la historia de Monterrey”.
El entrenador mallorquín pide a la afición que esté con el equipo en estas últimas ocho jornadas. “La primera vez que fui al Luis Sitjar tenía 8 o 9 años. Durante mucho tiempo iba todas las semanas al Sitjar. Pero no en Primera, sino cuando estaba en Segunda. Entiendo muy bien cómo es la afición porque yo estaba ahí. La afición lo que quiere es que el equipo lo dé todo. Si el equipo lo da todo, la gente va a dar. Nunca sabes qué va a pasar, pero sí que lo vamos a dar todo. Voy a dar el 200%, sobre todo por el aspecto emotivo de ser el RCD Mallorca”.