Vedat Muriqi es uno de los mejores delanteros de La Liga Santander. Los números así lo demuestran. 8 goles, 1 asistencia, uno de los mejores rematadores de cabeza del campeonato y tercer futbolista con más minutos de la plantilla. Y el kosovar es de esos jugadores que no eluden la presión. Al contrario, rinden más cuanto más presión se ponen. "Me gusta mucho la presión. La presión te empuja para hacer las cosas mejor. Sin presión, sales al campo sin ganas. Sé que mis compañeros necesitan que yo marque goles, pero no me preocupa nada. Si mi equipo gana y no marco me da igual. No quiero marcar, solo que gane el RCD Mallorca, pero si marco y ganamos, la felicidad es doble. Los goles seguro que van a llegar".
Muriqi ha anotado nueve goles oficiales este curso con la camiseta del RCD Mallorca. Su última diana fue ante el Pontevedra, en la Copa del Rey. En el último partido en casa, ante el Real Madrid, fue protagonista en el tanto de la victoria. Su salto con Nacho fue clave en el gol en propia puerta que dio el triunfo ante los blancos. "Antes del parón llevaba 8 goles en 14 partidos. Para un delantero del RCD Mallorca marcar ocho goles en 14 partidos está muy bien. Claro que después de eso todos van a esperar más. Soy delantero y tengo esa ansiedad de marcar goles siempre. Cuando un delantero no marca es difícil soportarlo, pero creo que tengo suerte de contar con un entrenador y compañeros que saben que estoy ayudando al equipo de otra manera".
Muriqi ha hablado de su mentalidad a la hora de afrontar los partidos y cómo ha gestionado la presión que tiene todo delantero centro de marcar goles para su equipo. "Hubo dos o tres partidos que salí al campo pensando 'no tengo que pensar en marcar', pero ese no es mi carácter. Después de esos partidos decidí jugar como sé yo. Desde ese día soy feliz".
El jugador del RCD Mallorca también ha hecho referencia a acciones como la que protagonizó en el último partido de liga ante el Sevilla FC, cuando el central sevillista Badé lo derribó claramente cuando se iba hacia portería contraria, sin que ni el árbitro ni el VAR, apreciaran nada. "Con todos los árbitros tengo muy buena relación. No soy un jugador que les grita, porque los árbitros no quieren fallar, pero son humanos. Estoy un poco cansado con el tema de las faltas porque no me creen. Cuando me voy al suelo, no me creen, no me pitan falta. No soy de los que se tiran cada vez que choca con un contrario. Si veis a Vedat Muriqi en el suelo, de verdad que pasa algo".
