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De Australia hasta La Cartuja: la enorme muestra de mallorquinismo de Pere Antoni Bauzà

Pere Antoni Bauzà es aficionado del RCD Mallorca. Tiene 24 años y hace alrededor de 10 meses puso rumbo a Australia, donde reside actualmente. Casi 17.000 kilómetros lo separan de su isla natal y de su equipo, pero esa distancia no ha enfriado el amor por los colores rojo y negro. Un amor que le inculcó su padre desde que era pequeño, ya que a Bauzà, con pocos meses de vida, ya lo llevaban a las gradas del Lluís Sitjar.

El joven mallorquinista sigue siendo abonado de la entidad, con lo que pudo obtener una entrada para la gran final de la Copa del Rey del pasado 6 de abril. Por delante tenía una larga travesía con escalas en distintos puntos de todo el planeta, pero Bauzà ni se lo pensó dos veces: "Vale mucho la pena. No me arrepentiré".

"El maratón", como él lo definió, arrancó el 2 de abril. Se marchó de Airlie Beach, donde reside, hasta Gold Coast, en el este de Australia. Ahí pasó dos noches para posteriormente poner rumbo a Kuala Lumpur, en Malasia. En el país asiático, cogió un avión con destino a Abu Dabi, desde donde viajó a Casablanca. Marruecos fue la última parada del aficionado antes de, por fin, pisar Sevilla el viernes 5 de abril.

En la ciudad andaluza se volvió a ver con su padre, que no tenía la más mínima idea del viaje que había realizado su hijo. Cantaron, vibraron, disfrutaron y vieron juntos la gran final. El desenlace no fue el deseado, pero para Bauzà fue una experiencia que no podrá olvidar en su vida. "Estoy muy orgulloso de ser mallorquinista", dijo justo al aterrizar en la isla. Por descontado que el mallorquinismo en su totalidad está igualmente orgulloso de tener entre los suyos a un aficionado como él, al que ni la distancia ni las grandes diferencias horarias le podrán separar jamás de su RCD Mallorca.