Los abonados más veteranos conocen el Estadi Mallorca Son Moix desde dentro
Joan Morey Capllonch (abonado número uno), Joan Vaquer Aguiló (número dos), Pedro Klein Sánchez Escribano (número cinco) y Francisco Sastre Pou (número seis) visitaron cada uno de los rincones del feudo mallorquinista
Cuatro de los abonados más veteranos del RCD Mallorca han tenido la oportunidad de conocer las entrañas y todos los detalles de su otra casa, el Estadi Mallorca Son Moix, donde tantas emociones han experimentado animando y siguiendo a su mallorqueta. Son Joan Morey Capllonch (abonado número uno), Joan Vaquer Aguiló (abonado número dos), Pedro Klein Sánchez Escribano (abonado número cinco) y Francisco Sastre Pou (abonado número seis), que visitaron cada uno de los rincones del feudo mallorquinista.
Enciclopedias del pasado y fascinación por el presente y futuro
En el museo vieron trofeos, antiguas equipaciones y documentos, y recordaron varios de los episodios más históricos del club, como aquella primera final de Copa del Rey de 1991 o anécdotas del tradicional Trofeo Ciutat de Palma. También valoraron éxitos recientes como el subcampeonato copero de 2024 y hablaron con orgullo de la gran temporada del Juvenil División de Honor.
Los cuatro protagonistas conocieron asimismo las oficinas del estadio y a sus trabajadores, entre los que se encontró Alfonso Díaz, CEO de Negocios de la entidad, que les acompañó a lo largo de la visita. En el renovado túnel de vestuarios rememoraron algunos momentos de los icónicos jugadores que están ahí representados mediante ilustraciones: Zaki Badou, Ariel Ibagaza, Dani Güiza, Samuel Eto'o... y, sobre todo, mostraron su fascinación ante el enorme cambio que ha experimentado esa zona del estadio, donde antes sólo había una pista de atletismo, que hoy está completamente eliminada para reducir al máximo la distancia entre los futbolistas y la afición.
Como un jugador más
También disfrutaron y se impresionaron ante el "santuario", que es como Sánchez definió al vestuario local. Ante las miradas de los jugadores del primer equipo, los abonados conocieron todos los entresijos del lugar más íntimo de la plantilla y se sentaron en los mismos sitios donde lo han hecho, cada quince días, Abdón Prats, Sergi Darder, Vedat Muriqi y compañía.
Además, Morey, Vaquer, Sánchez y Sastre pudieron tocar el mismo césped que han pisado las muchas y distintas generaciones de jugadores bermellones a los que han podido conocer. "Este es el sueño de niño de cualquier mallorquinista: llegar a estar algún día aquí", decía Vaquer con, probablemente, la misma ilusión que debió de sentir, siendo un niño, al ver por primera vez al Mallorca en el Lluís Sitjar. Las cuatro y renovadas gradas rodearon a los veteranos abonados, que destacaron la enorme labor que se ha llevado a cabo en la reforma de un estadio que nada tiene que ver con el que se encontraron en su inauguración allá por el año 1999.
Amor y orgullo por unos colores
Al acabar, nuestros protagonistas agradecieron la oportunidad de conocer todavía más la que es su casa, pero es el RCD Mallorca el que les agradece su enorme muestra de fidelidad y amor por los colores rojo y negro porque son ellos los que hacen tan grande a este club. Y son ellos también una muestra de orgullo, el mismo que debe reinar en el mallorquinismo para una nueva campaña en la que el equipo enlazará su cuarta temporada consecutiva en Primera y jugará la Supercopa de España. Todo ello con todavía los sentimientos y los recuerdos de la final de Copa del Rey a flor de piel.